Por: Redacción / Sinembargo - septiembre 10 de 2012 - 0:05
Hace apenas 10 días, el 1 de septiembre pasado, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, escribió en su sitio de la Internet [www.ccardenass.org] una reflexión crítica sobre la situación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), luego de las elecciones federales del 1 de julio.
En el análisis, que denominó “¿Qué sigue para la izquierda en México?”, el ingeniero Cárdenas Solórzano, creador de ese partido y aún calificado como “líder moral” de la izquierda en el país, destacó la debilidad actual en la imagen de ese partido de cara a la sociedad:
“No ha habido [en el PRD] en el curso de un sexenio, para no ir más atrás, trabajo de organización que hubiera permitido ampliar y consecuentemente fortalecer las bases ciudadanas y territoriales del partido. Donde las votaciones han sido bajas, siguen siendo en lo general bajas.
“Por otro lado, el PRD no supera su condición de partido de confrontaciones internas y de cuotas para la asignación de cargos y oportunidades según los pesos relativos de las corrientes, que para colmo de males se oficializaron y se les dio vida estatutaria en su condición de sectas. Como ejemplo más reciente están las designaciones de coordinadores de los grupos parlamentarios que habrán de tomar posesión de sus cargos el próximo 1 de septiembre, que no fueron elegidos por sus propuestas o por otras razones que no fueran los equilibrios de los agrupamientos internos, que se componen y recomponen en función sólo de los intereses personales de los dirigentes o, en el mejor de los casos, de los particulares intereses de los grupos. Ni país ni partido han contado en estos casos. El partido de tribus y cuotas, de sectarismos y oportunismos, de clientelas y no de militancias libres y conscientes, está destinado al achicamiento y a los fracasos.
“En fin, el PRD y si se quiere el conjunto de organizaciones partidarias de la llamada izquierda, si en realidad pretenden convertirse en alternativas de poder en lo nacional, deben realizar un serio e intenso trabajo de afiliación y organización por todo el país. En el caso del PRD, a partir de la reconstitución y la formación de nuevos comités de base, que sean los que den vida a los comités municipales y estatales. Debe empezarse por ver qué queda de comités de base, dónde deben crearse nuevos y esta labor sólo será efectiva si se dejan de lado actitudes sectarias y se busca abrir el partido a nuevos militantes, convencidos de sus principios y de que sus dirigentes actúan en función de ellos.
“El PRD debe ser un partido con una línea política clara, que así se vea desde dentro y desde fuera, acorde y congruente su acción con su declaración de principios y con el llamamiento que originariamente se hizo para su constitución. Debe ser un partido de propuestas, en lo nacional, estatal, municipal, regional, internacional, etc. Un partido con iniciativa y compromiso permanente. La acción, sobre todo, de quienes tienen responsabilidades de dirigencia partidaria, de gobierno y legislativas, debe ser de absoluta transparencia. Deben, por cierto, revisarse los mecanismos estatutarios de rendición y exigencia de cuentas”, expuso el ingeniero Cárdenas.
Y, además, lo de ayer: Andrés Manuel López Obrador anunció que se separa del PRD –tras 23 años de militancia en ese instituto político– para trabajar ahora de lleno en la transformación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de una asociación civil a un partido político.
“Estamos a mano y en paz”, dijo AMLO sobre esta separación definitiva de los perredistas, misma que anunció en el Zócalo de la Ciudad de México repleto de seguidores.
¿Es el fin del PRD?
http://www.sinembargo.mx/opinion/10-09-2012/9416
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